Yo se que muchas veces hemos sido movidos a misericordia por alguien más, esa vocesita dentro nuestro que nos dice que ayudemos con algo al que necesita, pero ¿cuántas veces hemos hecho caso a esa voz de Dios dentro nuestro? Nuestro egoísmo y miedo por perder dinero o tiempo, salir de nuestra comodidad, etc, nos impide compartir lo que tenemos a alguien que lo necesita más que nosotros.
A qué viene todo esto, pues por algo que me pasó, yo también era de los que ignoraba esa voz, pero hoy algo no me dejó ignorarla.
Es muy común ver muchachitos y muchachitas vendiendo periódicos, hoy en especial había una muchachita como de 12 o 13 años vendiendo, su carita sucia mostraba tristeza y soledad; mientras yo iba con mis amigas por un café nos pidió algo de dinero para comer y a cambio nos daba el periódico, pero le dijimos que no y seguimos, me dio lástima pero en ese momento fue como decir "pues ni modo yo que puedo hacer". Ya estando sentadas en la mesa de local vuelve a pasar esta jovencita con sus periódicos y nos vuelve a decir, lo mismo, en ese momento el tiempo para mi fue en cámara lenta, veía como le decían que no mis a migas y reían en su platica despreocupadas por lo de su alrededor, y yo solo podía observar a la jovencita vernos con su cara seria y voltear a ver a alguien más que estuviera dispuesto a ayudarle, en ese momento algo se movió dentro mio y empecé a buscar en mi bolsa algo de dinero, y encontré una moneda de 10 pesos (mexicanos) y me levante y fui hacia ella, nadie se dio cuenta de los que estaban en la mesa conmigo, y le hablé y voltea hacia mi y le digo ten esto y pone una cara de felicidad al ver la moneda, sus ojos verdes resplandecieron, todo su rostro se veía hermoso, y le dije quédate con el periódico esto es para ti y me dice con su vocesita dulce y suave y con una sonrisa en su rostro, no no tómalo por favor y me seguía sonriendo y le dije que esta bien y me lo llevé. Después de ese momento yo solo quería llorar porque me sentía tan feliz de haber hecho algo, quizá no le di la gran cantidad pero ella en verdad lo necesitaba y se notó.
Dios nos usa para bendecir a otros, todos esos detalles no son casualidad, el que hagamos caso es algo que ya depende de cada corazón, pero podemos perdernos de cosas como estas que se sienten en el corazón y hasta el alma, que no se pueden obtener con ningún dinero ni esfuerzo, solo con una acción desinteresada viniendo desde lo más profundo de nuestro corazón.
TODO ESTARÁ BIEN
Hace 2 años