Quién no ha conocido personas que hablan mucho, prometen mucho, pero poco hacen; por supuesto los políticos son un ejemplo claro, pero también hay personas muy cercanas que son así.
Es una tristeza que la palabra de los hombres no valga nada, y es aun más triste ver personas que se dicen cristianas, conocedoras de la Biblia y son defraudadoras y mentirosas; no dan honor a sus palabras y hacen que el nombre de nuestro buen Dios sea blasfemado.
En lo personal trato de no hablar por hablar, siempre quiero ser realista y si prometo algo es porque lo cumpliré, y si no puedo me disculpo, pero antes hago mi mejor esfuerzo.
El compromiso en este tiempo ya no es compromiso, se ha vuelto algo insignificante que se puede romper fácilmente.
Si nos vamos a la Biblia, podemos ver que Dios es fiel a su palabra y hasta el mismo ser humano le hace las peticiones y a veces reclamos sobre esta cualidad en sus oraciones. Queremos que Él sea fiel a su palabra pero, ¿y nosotros? Los que nos hacemos llamar sus hijos, debemos imitar esta cualidad de ÉL. El hijo siempre trata de ser como su padre, es su ejemplo, y un cristiano tiene el deber de imitar a su Padre.
Últimamente he tenido que presenciar esos actos de deshonestidad, donde a varias personas se le dice algo y no les cumplen. Entiendo por las personas que no tienen a Dios, son guiados por sus deseos y su carne, pero ver a las personas creyentes ser de esa manera, deja mucho que desear. No sé si lo harán a conciencia o por costumbre, pero quedan como mentirosos, irresponsables y defraudadores.
Es importante guardar el testimonio que tenemos, una mala acción hará que se derrumbe nuestra imagen ante los incrédulos, y luego cuando queramos evangelizarlos, nosotros mismos seremos la piedra de tropiezo para ellos; y ya sabemos que dice la Biblia a cerca de ser tropiezo.
Creo que para todo esto, el segundo mandamiento que dijo Jesucristo:
Marcos 12:31 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo...
Y la regla de oro tan importante en el evangelio de Mateo:
Mateo 7:12 Así
que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros,
así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los
profetas.
Y los dejo con unos cuantos versículos para meditar y corregir nuestros caminos.
Proverbios 13:5 El justo aborrece la palabra de mentira;
Mas el impío se hace odioso e infame.