Creo firmemente que los humanos cuando somos tocados por el amor, la bondad o algún otro sentimiento que llegue hasta lo mas profundo de nuestro corazón respondemos de la misma manera, los mismo gestos, las mismas palabras, el mismo sentir; nos emocionamos de tal manera que no encontramos otra salida mas que llorar, reír o brincar. Somos unos seres maravillosos creados de tal forma que podemos sentir y transmitir cosas. A mi se me hace grandioso y me pone feliz ver a una persona emocionarse hasta el borde de las lagrimas, que no se pueda contener, ver una escena así no sé si a ustedes les pasa pero la vivo como si fuera mía.
Creo firmemente que debemos volver a lo original, a lo que somos: personas, seres maravillosos que tenemos una capacidad impresionante de ser y hacer felices a los demás, Dios nos dotó a todos con la capacidad de amar a los demás por encima de cualquier cosa dejando el individualismo y la envidia de lado y por primera vez ser capaces de amar a nuestro prójimo y aceptar sus diferencias, quizá esté muy repetitivo pues todo mundo lo dice pero es uno de los principios más importantes para vivir en armonía, en paz y poder perdonar al final y seguir siendo libres y capaces de demostrar nuestro afecto a las personas que son importantes en nuestras vidas. Todos somos únicos e irrepetibles pero cuando tocan nuestro corazón somos iguales.
No se nos olvide quienes somos, de donde salimos y fuimos rescatados.
Él rescata tu vida del *sepulcro y te cubre de amor y compasión; Salmos 103:4
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