Te hablo a ti, sí a ti al que cree en Dios, al que dijo que le entregó su vida a Jesús y que aceptó la voluntad del Padre en su vida, al que todos los días le cuesta orar, al que todos los días se le hace difícil seguir una vida intachable.
Te hablo porque me preocupas, porque me importas, estamos en la misma lucha, más sin embargo las circunstancias de la vida te han hecho caer.
Te hablo porque sé que eres importante para Dios. He visto como batallas cada día que despiertas para agradecer por un día más, tomarte un tiempo y la primer palabra y sonrisa dárselas al Creador del Universo.
Batallas al relacionarte, no has podido domar tu carácter, el dominio propio que tanto Timoteo nos habla no ha podido ser una realidad en tu vida.
En lugar de bendecir, maldices, en lugar de callarte hablas de más, en lugar de tratar de cambiar te conformas con lo que eres y condicionas a que te acepten así, cuando Dios nos llamó a ser moldeados como barro y ser pasados por fuego como el oro, para ser purificados y perfeccionados.
Cuando deberías tener discernimiento y guardarte en santidad, es cuando más te la llevas enfiestado y haciendo todo lo contrario a lo que espera Dios de ti. Después vuelves arrepentido a los brazos de tu Padre, destruido,herido, sin dignidad y lamentando un pasado que jamás debió suceder.
Te la llevas quejándote de por qué no tienes una vida mejor, una familia mejor, un trabajo mejor o lo que sea pero mejor, nada jamás será suficiente, vives anhelando lo que otros tienen y te preguntas ¿POR QUÉ YO NO?, y siempre es esa bendita frase POR QUÉ, POR QUÉ, POR QUÉ.
Sí, yo también suelo ser así, soy humana igual que tú, imperfecta y llena de errores, pero cada día hago una elección, callarme y dejar a Jesús que obre en mi vida, lo único que tuve que hacer es guardar silencio y someterme, si sentía enojo callarme, si me entristezco hablar con Jesús, si tengo un problema tener fe; mi vida esta entregada a él, mi caminar, mis sueños y anhelos ya no son míos, ahora le pertenecen. Entendí que quejarme por todo, y estar preguntando y tomar una actitud como Job no es lo mas factible.
Dios no esta esperando perfección, pero si que pongas de tu parte, que te domines y disciernas, que tengas carácter para los asuntos del Reino de Dios, pero sobre todo el espera que lo AMES, si logras eso lo demás será muy fácil, el amor de Dios ablanda el corazón y lo vuelve carne, le quita la dureza y amargura para hacerlo santo y apto para estar en su presencia.
0 comentarios:
Publicar un comentario