Tengo mucho tiempo sin escribir en mi amado blog, diferentes situaciones se han presentado en mi vida y tal vez por falta de sabiduría, bueno, de hecho por eso es y por falta de madurez, se me ha salido de control todo.
Hoy, decididamente tomé mi biblia, tomé mi manual de Autoconfrontación, y continué su lectura desde donde me quedé hace ya largo tiempo. Milagrosamente, porque por obra de la casualidad no fue, me había quedado en el tema del YO. Ese tema que a cada ser humano le duele en el corazón y en la carne.
Cuando comencé a leer, me sentía vacía, frustrada, desanimada y hasta un poco enferma, después de leer varios pasajes y algunos textos me encontré con 2 versos que le dieron esperanza y de vuelta vida a mi alma. Fue como agua refrescante a mi abatido corazón.
Estoy en una etapa nueva de mi vida, es hermosa y es de bendición, pero para alguien tan egoísta como yo, es difícil poner las cosas en perspectiva y atender lo que es primero, cuando mi carne pide otra cosa.
El cristiano estará luchando durante toda su vida con la carne, pero obviamente la lucha será mas dura si alimentamos poco al espíritu y le damos rienda suelta nuestra naturaleza carnal. Y esto fue lo que pasó, durante mucho tiempo estuve tan cansada, tan frustrada, agotada y ensimismada en todos mis sentimientos, que alimenté más mi carne y mis deseos que a mi pobre espíritu que se apagaba cada día más. Gracias a Dios la salvación no se pierde, sino ya estuviera en el infierno.
Por misericordia hoy estoy escribiendo, y con una nueva visión. Por misericordia hoy tomé mi biblia con una nueva perspectiva de las cosas.
Retomando lo de los 2 versículos, en el justo momento cuando mas necesitaba del consuelo de mi Creador, llenaron de esperanza y gozo a mi miserable corazón; estos versos están en Filipenses. Uno es Filipenses 1:6 y el otro es 2:13.
Saber que la salvación, que las obras y todo lo bueno que podamos hacer a este mundo no esta en mi manos y que mi propia vida y su propósito tampoco lo están, me dio paz... pero, por qué? porque me sentía tan mal con Dios, tan culpable, de lo imperfecta y pecadora que soy, de lo mal que había estado en estos meses, de lo ruín que me había comportado, dejando de lado todo lo verdaderamente importante. O sea parecía un árbol frutal en primavera, pero de puras cosas malas; puros frutos de la carne, rechazando la obra redentora de Jesucristo en mi vida y viviendo como podía, acordándome de Dios de vez en cuando, tratando de hacercarme a ÉL y cambiar mi modo de ser en mis propias fuerzas, pero por supuesto, me rendía y sucumbía a mis deseos otra vez.
En verdad me dio un gran consuelo saber que mi vida esta en manos de Dios, que yo solo debo esforzarme un poco y el hará lo demás. Pero claro, el esforzarme "un poco" incluye matar mi YO y cargar mi cruz y seguir a Cristo, que para nada es fácil, pero en serio, Dios es bueno y misericordioso y le agradezco su amor y paciencia, y espero poder amar y ser paciente y tan misericordiosa con los demás, así como ÉL lo es conmigo cada día.
TODO ESTARÁ BIEN
Hace 2 años
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