Ahorita estaba leyendo una entrada sobre un pastor llamado Jeremías que se vistió de mendigo, era su presentación como nuevo representante de la iglesia. En resumen el quería ver si había gente piadosa y realmente cristiana en ese lugar, lo único que pasó fue que, solo unas cuantas personas, de cientos que había en esa iglesia le saludaron, los demás lo vieron mal y lo juzgaron por su apariencia y para esto cuando lo llamaron al frente dijo: Entonces el Rey dirá a los de su derecha:" Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me recibisteis, necesité ropa, y me vistieron, estuve enfermo y me visitasteis, estuve en la cárcel y vinisteis a verme. "Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? Cuando te vimos forastero, y te recogimos, o la ropa que necesitan y te vestimos? ¿O cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte? '
"El Rey les responderá:" En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de los más pequeños de estos hermanos míos más pequeños, conmigo lo hicieron ".
Hoy veo una reunión de personas ...... no es una iglesia de Jesucristo. El mundo tiene suficiente gente, pero no suficientes discípulos ... ¿Cuándo va a decidir convertirse en discípulo? Luego despidió servicio hasta la próxima semana ....... .
Esta reflexión y experiencia me hizo recordar cuantas veces hice lo mismo, y vi feo a una persona que tal vez no tenía malas intenciones y necesitaba ayuda de mi parte; pero, también me acordé cuando un día que venía de la escuela manejando, hice alto en el semáforo y un mendigo se estaba acercando a los carros de mi fila, y estaba con su sonrisa dando el saludo, llegó a mí y se agacha para asomarse por la ventana y mete su mano, volteé y lo miré a los ojos y le di mi saludo y le sonreí y el decía, -solo estoy saludándolos- (con una sonrisa), fue un momento tan especial que cuando avancé se me quedó tan grabada esa mirada y comencé a llorar mientras manejaba, y supe que a través de ese hombre, Dios había tocado mi corazón profundamente, tanto que aun después de varias semanas escribiendo ese momento, se me empañan los ojos.
Uno como ser humano jamás esta preparado para aceptar la voluntad de Dios y menos cuando esa voluntad implica aceptar la pérdida de algo o alguien.
Nuestra mente racional y la necedad de aferrarnos y ser independiente es muy fuerte y nos gana muchas veces, por eso el espíritu y la carne jamás serán aliados en cuanto a obedecer a Dios.
Escribo esto porque todos hemos pasado por ahí, hemos sufrido y padecido esa realidad que no queremos aceptar; duele, amarga, entristece y enoja, pero no hay nada que hacer ante ella. Tal vez hoy esta mi alma en paz, pero ha estado atribulada en muchas ocasiones, esperando la respuesta que dicte la sentencia al rumbo que ha de tomar mi vida.
Si estas padeciendo, solo puedo decirte que no te resistas, que aceptes y algo más loco, que agradezcas. Nosotros no conocemos los caminos por los cuales andaremos, pero hay Uno más grande que nosotros que conoce el porvenir y sabe lo que nos ha de convenir.
Duele, pero eso te forja como lo que has de ser de acuerdo al propósito de nuestro Creador.
Romanos 9:20
Bendiciones!
El día malo siempre se hará presente en la vida una persona que camina con Jesucristo.
Después de pasar por momentos realmente malos solo pienso, ok, ahí vamos de nuevo, Dios mío y Rey mío que es lo que debo aprender ahora. Siempre, inmediatamente viene eso que llamo "terrorismo mental, siempre esta ahí la voz de tus miedos e inseguridades, que te hacen cuestionar si de verdad Dios te librará de esa prueba tan repentina que llegó. Lo primero que hay que hacer es callar a la mente con palabra de Dios, y ahí de seguro no encontraras ningún miedo, ni tristeza y tampoco confusión.
Entonces estas cosas vienen porque vamos caminando bien en Dios, la lucha es constante por eso hay que usar la armadura que se nos dio para librar la batalla. Pero sobre todo no pierdas la FE, que es el ingrediente primordial, si crees, todo es posible, si crees Dios escucha y sabes, Dios es galardonador de los que le buscan.
La fe, la fe, esa que no debe agotarse en el Creador y Rey supremo del universo, ÉL se fijo en nosotros, nos amó, nos liberó, nos hizo coherederos con Cristo de su reino. Solo esta probando nuestros corazones, como lo hizo con Abraham.