Cuando una persona abandona este mundo nadie lo nota, cuando
el que lo abandona es una persona que estaba en tu corazón y era especial,
desata un silencio el cual no puede ser opacado, el dolor se volvió parte de tu
vida y la tristeza un estilo de vida, parece que no hay nada que pueda quitar
ese sentimiento, el corazón esta estrujado, el alma debilitada, la mente en
blanco y las lágrimas brotando de tus ojos sin poder parar.
Quizá el sentimiento de soledad toca a tu puerta, pero no
estás solo, hay personas que te aman y otras que aunque no te conozcan bien te
tienen cariño, pero aun si, si no estuvieran ahí esas personas, hay una persona
que jamás se aparta de ti, esa persona que te hace sentir amado, importante que lo único que anhela para ti es lo mejor,
esa persona con un abrazo quita cualquier tristeza y dolor, en sus manos guarda
tus lágrimas; eres especial y te llevará a algo que jamás imaginaste , a
cumplir un propósito porque eres la niña de sus ojos.
Es Dios que te abraza y te aprieta fuertemente para que no
sientas dolor y solo sientas paz y gozo en tu corazón y espíritu, el que te da
fuerzas y ganas de vivir y de hacer todo lo que has imaginado y lo que aun no
imaginaste. Él transforma la tristeza y
la convierte en algo hermoso, en un recuerdo de la persona que abandonó este
mundo, que solo se adelantó, porque para allá vas tú y voy yo, será algo que
jamás olvidarás y que recordarás con todo el amor y alegría.
Dios está ahí para sanar las heridas y darte consolación,
jamás cuestiones el porqué te sucedió esto, solo fíjate en el para qué,
recuerda que para todo hay un propósito y nada está fuera de control, aunque tú
lo veas así porque en tus manos no se encuentra la respuesta.
2 Corintios 4:8 Estamos atribulados en todo, pero no angustiados; perplejos, pero no desesperados; 9 perseguidos, pero no desamparados; abatidos, pero no destruidos. 16 Por tanto, no desmayamos; más bien, aunque se va desgastando nuestro hombre exterior, el interior, sin embargo, se va renovando de día en día. 17 Porque nuestra momentánea y leve tribulación produce para nosotros un eterno peso de gloria más que incomparable; 18 no fijando nosotros la vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las que se ven son temporales, mientras que las que no se ven son eternas.
2 Corintios 4:8 Estamos atribulados en todo, pero no angustiados; perplejos, pero no desesperados; 9 perseguidos, pero no desamparados; abatidos, pero no destruidos. 16 Por tanto, no desmayamos; más bien, aunque se va desgastando nuestro hombre exterior, el interior, sin embargo, se va renovando de día en día. 17 Porque nuestra momentánea y leve tribulación produce para nosotros un eterno peso de gloria más que incomparable; 18 no fijando nosotros la vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las que se ven son temporales, mientras que las que no se ven son eternas.
0 comentarios:
Publicar un comentario